El SAI (Sistema de Alimentación Ininterrumpida) es ese héroe silencioso que protege tus equipos críticos frente a cortes de energía o fluctuaciones eléctricas. Sin embargo, como cualquier otro dispositivo tecnológico, tiene una vida útil y señales claras de desgaste. En este artículo, te contamos cuándo ha llegado el momento de sustituir tu SAI antes de que deje de cumplir su función… y cause más problemas que soluciones.
1. Edad del equipo: más de 5 años, ¿peligro inminente?
La mayoría de los SAIs tienen una vida útil estimada entre 4 y 6 años, dependiendo del uso y las condiciones ambientales. Si tu SAI ya tiene unos años encima, es recomendable hacer una revisión técnica profesional.
2. Baterías que ya no rinden igual
¿Notas que la autonomía del SAI ha bajado drásticamente? ¿Pasa de minutos a segundos en respaldar tu equipo? Es una señal clara de que las baterías están degradadas y podrían necesitar reemplazo… o bien una renovación completa del SAI si el modelo ya está obsoleto.
3. Alarmas frecuentes o ruidos extraños
Un SAI que comienza a lanzar pitidos frecuentes, mostrar códigos de error o emitir sonidos no habituales podría estar avisándote de un fallo inminente. No lo ignores.
4. Problemas de carga o reinicios inesperados
Cuando el SAI no mantiene la carga correctamente o provoca reinicios inesperados en los equipos conectados, está dejando de hacer su trabajo. En este caso, el riesgo para tus sistemas críticos es elevado.
5. Reparaciones frecuentes o componentes quemados
Si ya llevas varias visitas técnicas en pocos meses, estás en el punto en que sale más a cuenta reemplazar el equipo que seguir reparándolo. A la larga, es más rentable y seguro.
Saber cuándo sustituir tu SAI puede evitarte pérdidas económicas, fallos en servidores, o daños irreversibles en tus equipos. Desde Enervia te ayudamos a evaluar el estado real de tu sistema actual y a planificar un reemplazo eficiente si es necesario. Porque anticiparse a un fallo siempre es la mejor inversión.